Ñam-ñam


CHINA
    
       Nos parece interesante tener un apartado en este blog para hablar de la gastronomía de los países que vamos visitando. Creemos que el qué se come y cómo se come contribuye en gran medida a definir la cultura del país. Así que intentaremos darle forma a los diferentes modos de entender este arte de dar placer al paladar.


    La cocina china es rica, sabrosa y muy variada. Está íntimamente relacionada con la medicina tradicional china y la filosofía. Sus platos tienen que ser vistosos y de muchos colores para resultar atractivos, pero a la vez tiene que ser armoniosos y complementarios. Ellos dividen los alimentos basándose en el principio fundamental de la medicina china del yin y del yang. Este concepto proviene de la filosofía o religión (algunas personas procesan esta corriente como religión) taoísta.  Los alimentos yin (femenino) son los alimentos tiernos, ricos en agua y más ligeros,  como las frutas y las verduras. Los alimentos yang (masculino) son los platos más pesados, fritos, ricos en proteínas, como carnes, especias etc. Todo esto siempre se acompaña del componente básico que es el arroz.


     Tienen un gran conocimiento de las propiedades curativas y saludables que tienen los alimentos y los utilizan a conciencia por sus beneficios, más que por su sabor.  Por poner ejemplos, el jengibre, que se utiliza bastante, sirve para aliviar la gastritis; el chili es un antioxidante al igual que el té, que lo beben en todo momento y es el sustituto del agua.


  
       Ell@s portan en todo momento sus termos de té para saciar la sed. El té se empezó a cultivar en este país y por ello tiene una larga tradición en su elaboración y cultivo. Destacan el té verde, el  negro y el wulóng. Hay toda una filosofía gastronómica en torno al té, a su elaboración y a su sabor. Las cosechas ponen a prueba los paladares más exigentes.


    Una vez en la mesa todos los comensales comparten los platos, a diferencia de los países occidentales, en los que cada uno tiene su plato.  Ellos lo comparten todo y se van sirviendo pequeñas porciones en sus cuencos. No tienen postres y los platos dulces y la fruta se sirven junto al resto de platos. Son muy generosos y cuando un chin@ te invita, nunca puedes rechazar la invitación, pues es de muy mala educación y se crea un ambiente tenso. Lo decimos con conocimiento de causa: nuestra amiga china Jaime nos invitó a un festín en un restaurante, cuando nos negamos a que pagara ella se sintió mal y nosotros mal también, por dejarnos invitar. Así que si os pasa alguna vez, aceptar de buena grado y todos saldréis contentos y satisfechos. Ah, y no hace falta devolverlo, porque en eso consiste la invitación. También la cagamos con eso al día siguiente, jejeje.

    Tenemos que decir que nosotros estamos comiendo muy bien. Sí es cierto que cuando viajamos nos volvemos casi vegetarianos, porque cuando ves las condiciones de las carnicerías, de lo que se alimenta los animales, la escasez de controles sanitarios que existen en estos países, se te quitan las ganas de comer carne.


     Por lo tanto no podemos deciros, por ejemplo, como sabe el pato laqueado, que es el plato típico por excelencia de Pekín, ni las ratas, ni las tortugas, ni las serpientes, etc… (la región de Cantón es famosa por cocinar todo tipo de bicho viviente).


     Los chinos, por cierto, comen muchísima carne. El hambre y la pobreza que históricamente ha sufrido el país explican que el consumo de carne se considere un símbolo de estatus, salud y riqueza.


     Como curiosidades de su gastronomía, los vegetales siempre los sirven hervidos, ya que durante muchísimos años utilizaban de abono las heces humanas.


     Otra cosa que nos ha llamado  la atención es ver como las patas de las gallinas se venden en todas partes envasadas al vacío y les encanta. Esta costumbre es debido también a las grandes hambrunas que han acechado a este país a lo largo de su historia, en las que cualquier cosa era comestible y no se desechaba nada (también porque son ricas en calcio).   



       Fue anecdótico también el día que fuimos al supermercado. En la sección de pescadería, el pescao que venden es el más fresco del planeta, fresquísimo: los peces se muestran en peceras gigantes. Ahí estaba una mujer que se veía que manejaba “parné” con una red tratando de pillar un pez de una de las peceras. Era curioso ver a la mujer con aires de lady intentando cazar con una red  a un pedazo de pez que, evidentemente, intentaba escabullirse, por lo que salpicaba a la mujer con sus aletazos y la estaba poniendo buena. A final, con más o menos arte, el pobre animal fue cazado con gran esfuerzo, ya tenía que pesar lo suyo. Hecho esto el pescadero le echó una mano, pues tenía que pesar lo suyo, y se lo preparó para llevar…


     Nosotros somos bastantes ratones y nos gusta mucho el queso  y sus derivados. En el super nos parecía bastante raro que no hubiera quesos, leche, yogurt, y si los hay, son bastante caros. Lo más parecido al queso que hemos encontrado han sido los “tranchetes”, pero a precio de oro (30 yuanes, carísimo, si tenemos en cuenta que un plato delicioso de arroz o noodles puede salir por unos 8 yuanes).  Esto es debido a que la inmensa mayoría de chinos son intolerantes a la lactosa, de manera que no consumen lácteos y derivados.


    Unos de los batidos más famosos en china son los batidos de habas y de maíz y también lo consumen en forma de polo. No toman mucho dulce en general y el chocolate brilla por su ausencia. 


     La comida de china nos encanta. Todos los platos cocinados en el wok  están deliciosos. Los alimentos quedan crujientes y sabrosos. Intentaremos colgar un video en el que el chino mandarino nos prepara una deliciosa cena por menos de dos euros.






    Otro de los grandes descubrimientos culinarios que hemos experimentados ha sido las bolas de masa hechas al vapor (jiaozi). Son típicas del norte por todas partes encontrábamos esas cestitas de bambú humeantes llamándonos para experimentar su sabor. Están rellenas de carne, cerdo, cordero,  pollo o  vegetales. Nos hicimos adictos. Se mojan en salsa de soja y  chili y están riquísimas. Si se prefieren crujientes también las hay fritas. Una variedad del sur (Cantón, Macao, Hong Kong) es el dim sum. Nosotros las probamos de gambas y estaban supremas.






    Otro tema, último pero no menos importante, es el de la bebida. Junto al vino de arroz,  la cerveza se consume muchísimo y es baratísima. La cerveza más conocida es la Tsingtao (herencia de una cervecería alemana), y el sabor es muy parecido entre las distintas marcas. El vino de arroz (mijiu) más bueno que probamos fue en un pueblecito en los bancales de arroz de la Columna del Dragón: de elaboración casera, servido tibio y muy suave pasaba por nuestras gargantas. También son típicos los licores con animales (serpientes, lagartos y abejas). Estos licores cuando contienen animales venenosos, crean en sus bebedores más potencia y vigor, según cuenta la tradición china.

    Para terminar os dejamos con algunas fotitos para que se os abra el apetito…

















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