lunes, 8 de abril de 2013

INDIA: Pushkar y la Feria del Camello


Llegamos a Pushkar en un tren que nos dejó en Ajmer, una ciudad gigante a tan sólo 11 kilómetros de esta encantadora población. Estábamos  con las defensas bajas, después del larguísimo viaje, para enfrentarnos a la marimorena que se nos presentaba al salir de la estación de trenes: mercadillos rebosantes de objetos, comestibles y mucha vida; mercaderes ambulantes ofreciéndote mil y una historias y un trasiego de miles de personas yendo y viniendo como ríos con olor a curry.  Y Carlos y yo recién aterrizaditos en este país, lidiando con las pocas fuerzas que nos quedaban para conseguir un autobús local que nos llevara a nuestro ansiado destino. Pero no hubo mucha espera ni sacrificio en nuestra travesía, un hombre majísimo pasó por donde estábamos y con una sonrisa de oreja a oreja nos preguntó si íbamos a Pushkar, y por arte del dios Ganesh estábamos sentados en la parte posterior de un todoterreno, fresquitos, desestresados y camino a la Feria del Camello.

Pushkar es una de las cinco ciudades dhams, sagradas de la India. Como tal los hinduistas tienen que peregrinar hacia ella y bañarse en el agua sagrada de su lago. El enclave de esta ciudad confirma su estado sagrado de oasis en mitad del desierto, de esperanza en la inmensidad de la nada.

Está situada en el desierto del Rajastán y a sus pies tiene un lago de 52 kilómetros. Es una de las ciudades más antiguas del mundo y ya en las epopeyas hindúes se habla de ella. Incluso se dice que el dios de la creación Brahma descansó y disfrutó de su lago después de la creación.









Feria del Camello

En este escenario épico, histórico, envuelto de un fervor religioso que se respira en constante vibración con los devotos, se celebra todo los años la Feria o Festival del Camello, en Noviembre, cuando el calor del desierto durante el día aún se soporta y cuando la luna está llena para alumbrar a los miles de moradores que acampan en él.
Millares de ganaderos procedentes de todo el Rajastán se reúnen a las puertas de esta ciudad a intercambiar y vender su ganado. Todos los años hacen su peregrinación comercial y en estas tierras sagradas siguen intercambiando y realizando transiciones ganaderas como antaño. Los compradores se pasean por la feria y determinan la categoría de los animales por el estado de sus dentaduras y su porte. A su vez, los vendedores lucen con orgullo sus ganados, decorando a los camellos con collares de colores, tobilleras con cascabeles y rasurando sus lomos con motivos florales; peinan, lavan y acicalan a su ganado para que el comprador se interese en ell@s.




















Pasear por el festival es una experiencia coleccionable única. Para Carlos uno de los momentos más inspiradores y gratificantes para dar rienda suelta a una de sus grandes pasiones: la fotografía.

Y es que faltaban ojos para poder estar atentos a todos los acontecimientos del escenario: los preciosos camellos, los hombres con sus turbantes fumando hachís a lo indio, es decir, inhalando por una ranura que se ante abre en el hueco de sus dos manos juntas; los dentistas improvisados sacando entre cuatro o cinco personas el diente a una camella; las mujeres y niñas recogiendo la moñiga seca del suelo, para después utilizarla de combustible para cocinar, etc. No sólo hay camellos, también hay caballos, búfalos, puestos de comida, atracciones y todo tipo de mercadillos de souvenirs y utensilios para los animales y para amenizar el día, gitanos/as artistas, malabaristas, encantadores de serpientes, etc.















Ante tanto despliegue de acontecimientos, no queríamos irnos de ninguna manera de esta mágica ciudad, pues no sólo sus rincones nos atraían y enganchaban, también su gente y las personas que conocimos en Pushkar fue de lo más especial.

Víctor, un buen amigo-familiar, me habló de una chica que se llamaba Anita y vivía aquí. Un día andando por la feria nos la encontramos sin más, nos invitó a su casa, que estaba muy cerca del asentamiento de la feria. Vivía con su familia, todos de etnia gitana y nos parecieron muy similares a los gitanos de España. Ya es sabido que los gitanos provienen de la India y su éxodo masivo partió en concreto del norte de este país. Muchas de las palabras que usan los gitanos en España son idénticas de las que emplean ellos. Me gustó ver como una de ellas llevaba un delantal de lunares tan familiar para nosotros. Anita se dedica a bailar la danza típica gitana del Rajastán y gitana y zalamera como ella sola nos cautivó con sus bailes y con los relatos de sus vivencias. Conocer su forma de vida y a su extensa familia fue muy interesante.









Una de nuestras paradas casi obligatorias diarias cuando estuvimos en Pushkar era el Hard Rock. Allí conocimos a Mango, el camarero que lo regenta, salao y con corazón español que nos cautivó a los dos y al que yo ayudé como camarera en alguna ocasión en la que se vio desbordado.




Aquí, en lo que se convirtió en nuestro meeting point, conocimos a Raúl y a Sandra, dos españoles medios indios, pues todos los años vienen a la India a por género para sus respectivas tiendas en España. Raúl es un tío grande, aventurero como él sólo, amante de las motos y de lo imposible. Una de las pocas personas que conocemos que se está haciendo la India en moto, atravesando parques nacionales y haciendo carreteras con las marcas de sus ruedas donde no las hay (http://www.facebook.com/IndiaEnMoto).


Pushkar ¡¡bendita!! Nos dio muchos momentos buenos y ninguno malo, regada de tanta serenidad, espiritual, nos colmó de felicidad y nos reafirmó en nuestra decisión de visitar India, sentirla y vivirla.













































5 comentarios:

  1. Qué pasada de fotos, no me extraña que os costara hacer la selección... alucinantes!

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  2. Nos teneis enganchado con el blog. Un beso muy fuerte de Chemapoli y virginia. SUERTE AMIGOS.

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  3. Gracias, Chío! No nos cansamos de repetir que sin tu ayuda este blog no sería posible, mil graciaaaaaaaas!!

    Hey, Chemapoli y VIrginia! Un lujazo teneros en el blog y escuchar de vosotrooooos!! Un besazooo grandeeee!!

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  4. Hola Carlos y Patricia. Soy Enrique (dentista). Estuve asomándome a vuestro blog cuando os fuisteis pero no habia entradas y dejé de mirarlo.
    Y ahora que lo vuelvo a mirar me encuentro un interesantísimo relato de viaje, divertido, ameno. Y muy buenas fotos. Así es que estoy revisando el viaje desde el principio.
    Y desde luego ya no os vuelvo a perder de vista.
    Felicidades

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    1. Qué tal Enrique? Muchas gracias por tus palabras...
      La verdad es que nos costó un poco arrancarnos al principio con los relatos, pero lo estamos disfrutando muchísimo...
      Tengo que decirte que la pieza dental que me arreglaste el día previo a salir de viaje se ha convertido en la más resistente de todas... No sabes cuánto te agradecemos todo lo que hiciste por nosotros, y en qué momento...
      Un abrazo fuerte, Carlos y Patri

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