martes, 30 de abril de 2013

India: Jaisalmer

       
      Para llegar a esta bella ciudad cogimos un autobús nocturno desde Pushkar. Cuando nos despedimos de Raúl y Sandra nos proporcionaron un kit de supervivencia, imprescindible si te vas a montar en un autobús en la India: un rollo de cinta americana y un par de mantas. Éstas eran de imitación a la lana de cachemira, bastante calentitas a pesar de su apariencia de mantita de salón con calefacción. Pues bien, este kit es fundamental para sobrevivir en un autobús sin que entres en estado de congelación y te sientas como un fiambre en la trastienda de una carnicería. La cinta americana es necesaria para cubrir todas las grietas que se han ido produciendo a lo largo de los años en el sistema del aire acondicionado y que amenazan con fulminarte y congelarte si no logras precintarlas bien, a lo McGiver. También sirve para cerrar  las ventanas que se van abriendo con cada bache, que no son pocos. La mantitas sirven como escudo  para el chorrazo de aire que corre en todas direcciones y que la cinta no alcanza a tapar. Todos los autobuses visitados después de este nos confirmaron la utilidad de este kit y su alta importancia en cuestiones de supervivencia.

 
Cuando llegamos a Jaisalmer en el andén nos esperaba un ejército de indios  cuyo trabajo es llevarse una comisión por cada turista que recluta para algún hotel. Siendo nosotros los que más engordamos su nómina, imaginaos lo tedioso del asunto. Al final tienes que alejarte un poco y poner el modo paciencia a la máxima potencia. Nosotros picamos y nos dirigimos a un hotel que nos había “vendido” unos de los indios que trabajaba a comisión en la parada de Pushkar donde cogimos el autobús, el cual actuaba sin competencia, con todo el tiempo del mundo para convencernos haciendo parecer que pasaba por allí. Un chico coreano y una pareja holandesa se vinieron con nosotros. El hotel se llamaba The Desert y es uno de tantos que están dentro del fuerte, en concreto en el interior de una de una de las torres. Bonito era, pero el personal lo hacía deslucido e inhóspito. Eran unos desagradables que solo querían venderte el Camel Safari (un tour de dos o tres días en camello por el desierto), que es con lo que realmente estos hoteles ganan dinero. Alojarnos en esta especie de haveli de cuento a lo cutre nos costaba dos euros y como nosotros no queríamos hacer el safari no nos trataron muy bien pues éramos poco rentables. Además las habitaciones las tenías que compartir con ratones que salían y entraban recordándole a uno en cada momento que ellos estaban allí antes que tú y que esa era su casa.

 
A Xavi, pseudónimo que utilizaba el chico coreano (en homenaje al famoso jugador del Barca) cuando conocía a occidentales  pues  pronunciar su verdadero nombre era complicado y memorizarlo mucho más que la capital de Kirguistán, lo trataron fatal y le “invitaron” a marcharse  de muy malas maneras cuando les dijo que no iba a contratar el dichoso safari. Nosotros nos quedamos por vagancia y porque con nosotros aún no se habían desenmascarado.

 
Por la noche quedamos para cenar con Xavi y con la pareja holandesa, Marta y JJ. Fuimos a un restaurante coreano aprovechando la coyuntura, que mejor anfitrión que Xavi para introducirnos a la gastronomía de este país, del que no tenemos mucha idea. Fue una noche muy interesante y divertida, en la que surgió una gran amistad.
                                                                


     
      A la mañana siguiente, con un pelín de resaca, no dispusimos a vagar por esta ciudad sacada de un decorado de alguna escena imaginable de Aladino o de Las Mil y una Noches. Jaisalmer se encuentra situada en el desierto del Thar. Su fuerte, en lo alto de una colina y estratégicamente situado, sugiere una obra arquitectónica en donde lo natural se funde con la mano humana creando una gran armonía con el paisaje. El color predominante es el color del desierto, color arena, arena árida. El resultado es majestuoso y te deslumbra cuando lo contemplas desde afuera. Las cosas sencillas suelen destilar elegancia. Esta belleza culmina en el interior del fuerte, sabiéndose que lo importante reside detrás de la fachada. Con esto me refiero a la belleza de los templos Jainas, son siete en total, pequeños pero detallados y esculpidos con mimo con dedicación y amor a la belleza. Posee también un esplendido palacio, llamado Maharaja Mahal,  para poder merecerse ser evocada como ciudad de cuento.
 
 
 
 
   


El intramuros sigue manteniendo su estructura inicial, trazado de callejuelas estrechas y sinuosas con menos de dos metros de ancho, laberínticas calles que siempre dan al fuerte y entre estas callejuelas abarrotadas hoy día de tienda de souvenires, nos arrancó una sonrisa uno de los vendedores asegurándonos que su género era más barato y bueno que el del Mercadona. Este guiño de picardía comercial me confirmó que los indios nos tienen aprecio y sienten gran simpatía por los españoles y que  nosotros hacemos ecos de ello.
 








 

Nuestros días en Jaisalmer fueron contemplativos durante el día y muy activos y fructíferos cuando caía el sol. Nos reuníamos con Marta y JJ a cenar, charlar, beber, cantar y, lo que más, reír.
 

 

 
 
  Salimos de esta ciudad gracias a la amabilidad de Hans, un suizo que nos presentó Xavi. Él iba hacia Jodhpur en un coche alquilado con chófer y le agradaba tener compañía, así que nos convidó y partimos con él hacia nuestro próximo destino muy cómodos y fresquitos, antítesis de lo que se te viene a la mente cuando piensas y te imaginas los transportes en la India.

                                                                 

 

3 comentarios:

  1. Oooooo it's me !!!!!! Kkkk como estan? I miss you so much♥♥♥♥

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    Respuestas
    1. Hi, Xavi!! We miss you too! Everything is going great. After visiting around Colombia, we are now in Ecuador, beautiful country.
      Let me tell you that you can translate our blog into Korean or English if you click on the right side "translate this blog". You just have to select the language. I hope it works.
      By the way, how are you?
      Best wishes

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