lunes, 10 de septiembre de 2012

CHINA: Etnia dong. Chéngyáng y Zhaoxing

    En China existen 56 etnias y son los han la etnia mayoritaria, conformando el 92% de la población. En esta parte del norte de la provincia de Guantxi y del sur de la provincia de Guizhoú estuvimos visitando varios pueblos dong, destacando sin lugar a dudas Chéngyáng y de Zhaoxing.
   
    Los dong han construido sus pueblos entre montañas, que yerguen a orillas de los ríos. Siguen manteniendo su tradición y costumbres de más de 600 años. Tienen una riqueza cultural importante y bien conservada. Destacan, sobre todo, por su inteligencia y elegancia en la construcción de puentes, sus dotes musicales y su poesía.

    A la entrada del pueblo de Chéngyáng pudimos contemplar el impresionante “puente del viento y la lluvia”. Es el mayor de toda la provincia (165 metros de largo) y Patrimonio de la Humanidad.  
   



    La explicación del nombre de estos puentes es que son un buen lugar para resguardarse en los días de lluvia y durante los calurosos veranos, ya que es donde corre el viento más fresco. De manera que se convierten en lugares populares donde se pasa el rato, se charla, se juega a las cartas e, incluso, se echan una siestecita en los bancos laterales de madera.



    En muchos de ellos existen pequeños altares budistas en donde la gente deja ofrendas y realizan sus oraciones.



    Este puente y todos los que pudimos admirar en estos pueblecitos son una maravillosa obra de ingeniería: están levantados con troncos de abetos y no existe ningún tipo de ensamblaje entre ellos, como si de un rompecabezas se tratara.



     En este pueblo nos quedamos dos noches (Dong Village Hostel). Estuvimos paseando y disfrutando del espectacular paisaje que existe en los alrededores y  relajándonos con el sonido producido por los molinos de agua. Visitamos varios pueblos dong (¡qué pena que no pudimos hacernos con una bici!) y estuvimos haciendo globos y jugando con los niños y con los no tan niños (más fotos en GLOBOS)
   













Para llegar a Chengyang desde los bancales de la Columna del Dragón tuvimos que coger tres autobuses. El primero desde Dazhai hasta Longsheng (2-3 horas), el segundo desde Longsheng a Sanjiang (hora y media) y el último, un microbús hasta el pueblo (19 km).



     Nuestro siguiente destino fue el pueblo de Zhaoxing (5 horas en bus), ya en la provincia de Guizhou. El camino fue espectacular y movidito, cruzando montañas y grandes extensiones de verdes y exuberantes arrozales.

    Zhaoxing es el mayor y más antiguo asentamiento de la etnia dong. Se sitúa en el interior de un hermoso valle y cuenta con 5000 habitantes reunidos en 800 familias.



     Este pueblo nos encantó. Sus casas están hechas de maderas y decoradas artesanalmente de forma sencilla con pequeños motivos tallados, que nos recuerda estar en un pueblo con historia, con solera. También hay varios puentes del viento y la lluvia y cinco extraordinarias torres del tambor.



















    Las torres del tambor son otra de las características arquitectónicas y singulares de esta etnia. Son estructuras circulares y altas que están presentes en todo pueblo dong. Son construidas por personas de un mismo clan (en Zhaoxing hay cinco clanes) y juegan un papel muy importante religioso y social para la vida de las aldeas. Representan la identificación material del espíritu de la comunidad y es el   lugar de reunión donde se toman las decisiones más importantes. Normalmente al lado de las torres hay una gran plaza donde se celebran fiestas y se realizan las representaciones musicales.






   En este pueblo también pudimos deleitarnos con el canto singular de esta etnia. Es un canto fluido y suave con una calidad musical pura y unificada. Cantan reproduciendo sonidos de animales como el de la cigarra y las letras en su mayoría son una alabanza a la naturaleza y al respeto que sienten hacia ella. Es impresionante oírl@s cantar. La coral no tiene ni director ni orquesta. Se compone de una voz principal a la que le siguen el resto del coro. El único instrumento que utilizaron, y en contadas piezas, fue la flauta autóctona y el citar chino. Colgaremos un video próximamente.



    Esta peculiar forma de cantar se remonta a la dinastía de los Song, a mediados del siglo pasado, y sigue siendo un elemento imprescindible y necesario en su cultura, Según un proverbio de esta etnia, “la comida nutre el cuerpo y el canto el corazón”. Ellos consideran que comer y cantar son igual de importantes para sentirse bien con uno mismo, por eso todos intentan cultivar este arte practicándolo en sus quehaceres cotidiano en el campo.

     Las calles de estos pueblos nos llamaron bastante la atención porque en casi todas ellas había un despliegue considerado de grandes trozos de telas largos y estrechos, expuestos en el suelo o tendidos en las barandas de las casas.  Poco a poco fuimos comprendiendo el por qué y su utilidad. Estas telas son confeccionadas por las mujeres dong. Ellas las tiñen con pigmentos naturales que extraen de las plantas y las mezclan con una especie de piedra arenosa consiguiendo así un color púrpura muy característico, utilizado en general por la mayoría de las etnias. Estas telas, una vez tintadas, son golpeadas fuertemente con un mazo de madera durante horas. Nos figuramos que esto lo hacen por dos motivos: uno, para que la tinta quede bien impregnada en la tela; y otro, para conseguir un efecto almidonado. Una vez la tela está seca se coloca en una caña de bambú y se le van haciendo pequeños pliegues por partes. Al final, se unen todas las partes y queda confeccionada una falda bastante tiesa y muy plisada, orgullo de un trabajo artesanal bien hecho. Todo este proceso de manufacturación es realizado por las cuidadosas manos de las mujeres dong







   




















2 comentarios:

  1. Que maravilla. Juer no tengo palabras

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    1. Gracias Plimo, nos alegramos muchísimo de que te guste. Ya sabes que este blog no sería posible si no fuera gracias a ti y a tus dotes artísticas. Un besazo

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