DEHANG
Uno de nuestros paraísos particulares de
este viaje. Dehang es un pueblito enclavado en un paisaje que lo hace único:
verdes valles cubiertos de arrozales,
picos kársticos que se elevan en forma de columnas que son parcialmente
cubiertos por la niebla matutina, arroyos y cascadas que le proporcionan una
banda sonora muy particular, casitas de maderas en la ribera del río, etc…
Nos quedamos en un hostal superbonito (Gu Xiang
Ke Zhan, tlf 13574359282- 132049818209) que llevaba un mes abierto regentado
por una pareja de locales superamable y “muy buena gente”. Para entendernos
llamaban a su hija al móvil, que parloteaba un poco de inglés. El precio de la
habitación fue de 6-7 euros (50 yuanes) y tenía estas vistas desde la terraza:
Lo mejor del pueblo son los paseos por los
alrededores. Uno de ellos, siguiendo la senda de un río entre arrozales, te lleva a una de las cascadas más
altas de China. En el camino encuentras otra cascada (de los Nueve Dragones),
que tiene un sendero de escaleras de piedra que se nos hizo muy especial porque
no había nadie más por él. El descenso se nos hizo pero que muy dificultoso
porque había llovido por la mañana
y las piedras estaban muy resbaladizas.
Otra ruta que nos encantó fue una (Yuquánxi)
que transcurre por un bosque y al final, tras pasar por una profunda garganta,
se suben unas escaleras durante una hora que tiene unas vistas espectaculares.
Cuando estábamos culminando la subida, empezó a llover con mucha fuerza. ¿Y
cómo íbamos a bajar ahora las escaleras de piedra tan empinadas con esa lluvia?
¿Y dónde nos metemos ahora? Casi no nos había dado tiempo a enfrentarnos a ese dilema, cuando de pronto aparece
por no sé dónde unas chinas (una de ellas sabe inglés) y nos dicen que le
acompañemos que ellas habían venido en coche y bajado desde la cima (no parecía
que eso tuviera mucha lógica). Las seguimos (no nos quedaba otra) cuando
aparecemos al borde de una
carretera con el chófer esperándolas el cual nos ofreció bajarnos al
pueblo.
Lo hizo a toda hostia por un camino que no alcanzaba el rango de
carretera porque era un camino impracticable. El tío fue capaz de derrapar y
por esa senda plagada de baches y agua.
Nos dejó a las puertas de “nuestro” pueblo tras bridarnos una nueva
aventura. Para completar este día tan repleto de emociones, la dueña del hostel
nos cocinó unos noodles con vegetales y champis deliciosos que nosotros
acompañamos de cerveza Tsingtao fresquíiiiiisima.
La pena que nos da es que este pueblo en unos
años sin ninguna duda será también acicalado por el gobierno pesando en el
turismo nacional y perderá toda esa tranquilidad y autenticidad que pudimos
vivir.
Por cierto, para llegar primero hay que ir a
Jishou (nosotros fuimos en tren desde Zhangjiajie, 2 horas, 3 euros) y luego
coger un bus que tarda una hora (un euro).
FENGHUANG
Es una ciudad repleta de casas viejas construidas sobre pilotes a la ribera del río, con un casco antiguo lleno de callejones con tiendas tradicionales, templos, restaurantes, etc… A priori puede parecer, sobre todo si miráis las fotos, que es la típica ciudad que te puede apetecer quedarte durante mucho tiempo…
Pues no, cuando llegamos, sus calles parecían las del centro de Málaga
en Semana Santa un jueves esperando que pase la Legión. Es unos de los destinos
más visitados por los chinos y no cabía duda de ello. De modo que esos días los
aprovechamos para recluirnos en el hostal (el Border Town International Hostel
no nos gustó mucho y nos fuimos a uno que se llamaba Moonshine o algo así que
estaba bastante bien) para relajarnos, leer y darle caña a este blog. Curiosamente los restaurantes de
Fenghuang estaban repletos de animales enjaulados, desde ratones de campo hasta
serpientes, pasando por conejos, varios tipos de aves, ranas, tortugas, etc. De
manera que tú eliges lo que te quieres comer, lo matan y a engullir… En estos
países el respeto y cuidado por animales deja mucho que desear. También pasa en
España, USA y países “más desarrollados”, lo que pasa es que no lo hacen
delante de tus propios ojos.
HONG KONG
A los 30 días nos caducaba el visado por lo que
teníamos que salir de China. Cogimos un tren desde Jishou hasta Shenzhen que duró 21 horas (¡¡y sin aire
acondicionado!!). En Shenzhen dejamos las mochilas en un hostel para ir más
muchos más ligeros y cruzamos la frontera. Muy aconsejable es el paso de
Futian. Coges el metro en Shenzhen, te bajas en la última parada, cruzas la
aduana y luego tienes oficinas de cambio y una parada de tren (parada de Lok Ma
Chao) para ir al centro de Hong Kong. Nos resultó muy cómoda y tranquila.
En la siguiente entrada contaremos nuestros días
en Hong Kong y parte de nuestro segundo mes de China…Aún no sabemos qué parte
de China visitaremos, pero lo que sí tenemos claro es que queremos evitar los
puntos más turisteados para llevarnos de este país otra sensación. Estamos
barajando la posibilidad de ir a la región de Qinghai, en la frontera con
Tibet. Se admiten consejos.
Un besazo muy fuerte a todos de los dos…!!!
Algún día seguiremos vuestros pasos y aprovecharemos este pedazo de blog!!! Por lo pronto, gracias por enriquecernos con vuestra colección de experiencias.
ResponderEliminarGracias, guapa! Sabes que sin ti este blog estaría aún vacio. Esperamos y deseamos que os pueda servir en un futuro no muy lejano...!!! Un besazo!!!
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