HONG KONG
Hemos visitado esta ciudad más por razones
burocráticas que por deseo de querer conocer a la que llaman “la Nueva York
asiática”. Nos cumplían ya treinta días en China y teníamos que salir del país para
poder disfrutar de un mes más, ya que nuestro visado es de dos entradas. En
1984 se firmó un acuerdo según el cual en 1997 Gran Bretaña devolvería a China
lo que sería la Región Administrativa Especial de Hong Kong, a condición de que
conservara durante cincuenta años más su economía de libre mercado y sus
sistemas legal y social. Por lo tanto, ir a Hong Kong (igual hubiera sido con
Macao) nos valió para “salir” y “volver” a entrar en China.
Hong Kong es una ciudad muy cosmopolita y lujosa. El nivel de vida
es muy elevado y los hoteles, por
ejemplo, son mucho más caros que en España en relación calidad precio.
Para que os hagáis una idea, nos hospedamos en
un edificio viejo que se llama la Chungking Mansions.
Este bloque tiene alrededor de 22 plantas y en
cada una de ellas hay una media de 3-4 hostales. Todos ellos con precios más económicos que el resto
de hoteles de Hong Kong. La
habitación doble cuesta alrededor de unos
40 ó 50 euros por noche, pero son cubículos de 2.5 metros cuadrados en donde sólo hay una
cama pequeña para dos que cabe más bien justita (para dormir “a lo romántico”:
“pegaítos), sin ventanas y con un baño tipo auto-caravana en el que la ducha,
el váter y el lavabo hacen un tres-en-uno. Estos hostales tienen fama de ser
bastante descuidados y sucios. Nosotros tuvimos la suerte de alojarnos en uno
(Guangdong Guesthouse) en que su dueño, Simon, era muy hacendoso y
continuamente estaba limpiando.
El hostel está situado en el barrio de Kowloon,
en la península, en frente de la isla de Hong Kong. Este barrio nos gustó bastante, es muy animado y conviven en
él chinos, indios, filipinos, nepalíes, africanos y europeos.
Fue un contraste para nosotros después de estar
un mes viajando por China con turismo básicamente chino, ver este despliegue de
distintas culturas. Para acceder a nuestro hotel que estaba en la quinta planta
se formaba una cola enorme de gente que subía a sus respectivos hostales,
viviendas, restaurantes etc. y aquello parecía un anuncio de Benetton: estaba
el/la african@, el/la indi@, el/la oriental y el/la occidental.
Nuestra estancia en Hong Kong fue fugaz (dos
días) y básicamente nos dedicamos a pasear. Cruzamos a la isla en ferry y nos resultó harto complicado andar
por sus calles, pues había pocos tramos peatonales y cruzar de una acera a otra era casi imposible. Había poca
gente caminando y nos parecía bastante extraño. Al intentar coger el ferry de vuelta a Kowloon preguntamos a una
pareja china bastante maja que nos indicara cómo se llegaba a la estación del
ferry. Como parecía complicado de
explicar, se ofrecieron a
acompañarnos y cuál fue nuestra sorpresa cuando descubrimos que los ciudadanos
de esta ciudad no caminan por las inexistentes y pequeñas aceras colindantes a
las carreteras, sino que lo hacen en altura, por pasadizos y puentes que conectan centros comerciales.
Increíble. Creemos que no puede existir otra ciudad con más centros comerciales
y tiendas por metro cuadrado.
Nuestro segundo día fue tranquilo y decidimos ir
al Museo de Arte que estaba cerquita de nuestro hostal. La entrada nos costó
sólo dos euros y la segunda sorpresa fue que estaba casi vacío (imaginamos que
los turistas estarían volviéndose locos con las compras). Recomendamos mucho la
visita a este museo pero, eso sí,
tenéis que llevar jersey porque si no, podéis salir con los dedos moraditos.
Este museo es uno de los
principales centros de conservación y divulgación de las expresiones culturales
de la china tradicional. En él pudimos disfrutar contemplando la exposición permanente
que tienen de porcelana, caligrafía china, objetos ornamentales y accesorios
decorativos (joyas, bolsos, cinturones, etc).
Tenían dos exposiciones rotativas en ese momento,
ambas muy interesantes. Una de ellas se llamaba “El Jardin Secreto del Emperador Quianlong”.
Quianlong fue el quinto emperador de la dinastía
Quing, la última dinastía imperial de China. Su largo reinado de 60 años fue el
segundo más largo de la historia de China (1711-1799). El reinado de Qianlong está considerado
como el momento de apogeo de la era manchú y uno de los periodos de mayor
esplendor del Imperio chino. Durante su época llegaron a costas nunca antes
alcanzadas y la cultura
tradicional vivió su "Siglo de Oro". En la exposición se ve un buen
muestrario de objetos personales (relojes, jarrones, cajas, etc..), muebles impresionantes
de madera tallada, una colección de cuadros, poesías compuestas por él, etc… Era
un amante de la cultura y las artes chinas. Convirtió la corte en centro de reunión de
pensadores, estudiosos, artistas y científico. El propio emperador se esmeró
aún más que sus predecesores en cultivar la caligrafía, y era pintor y poeta.
Fue asimismo un apasionado de la arquitectura; ordenó la construcción de nuevos
palacios y templos entre los que destaca el Palacio de Verano de Beijing, conjunto
arquitectónico diseñado por el jesuita Italiano Giuseppe Castiglione que
combinó el estilo chino con el europeo.
La otra exposición rotatoria se llamaba “Afecto imperecedero: El arte de Feng
Zikai”. Feng Zikai (1898-1975), además de ser escritor, pintor y
profesor de música, fue un magnifico precursor del dibujo en china. En la sala
se exponía una colección de ilustraciones que relataban escenas de la vida cotidiana, en muchos
de estos dibujos se reflejaba el humor,
la ironía y las contradicciones del ser humano. Nos encantó.
SHENZHEN
De esta ciudad es de las que más referencias
teníamos de China gracias a Guy Delisle (autor de Pyongyang, Crónicas Birmanas y Crónicas de Jerusalén, entre otros) y su
cómic Shenzhen. En este cómic relata su experiencia en
esta ciudad donde estuvo trabajando durante tres meses. A propósito, recomendamos
estos cómics, sobre todo Pyongyang, mucho más elaborado y ocurrente.
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Shenzhen es una ciudad fronteriza con Hong Kong
y Macao y se nota. Es una ciudad moderna y la más rica de china. Es joven ya
que empezó a crecer y a despuntar en los años 80. Se ha desarrollado muy
deprisa gracias la influencia de sus ciudades vecinas y a que goza de autonomía en su gestión política
y económica.
Nuestro hostel (Shenzhen Loft Youth Hostel)
estaba en la Terminal de Arte Contemporáneo OCT, un barrio con galerías de
arte, restaurantes “superfashion” y calles bien cuidadas y ajardinadas.
Diversas dolencias, el calor y la humedad de esta ciudad hizo que nos tomáramos
unos días para descansar en el hostel, comer bien y conversar largo y tendido
con un chico canario muy simpático, Adal,
que vivía y trabajaba en Shenzhen, pero se alojaba temporalmente en
nuestro hostel. Echamos unos buenos ratos con él y lo bombardeamos con miles de
preguntas e incógnitas que teníamos sobre la cultura china, la política, la
sociedad, etc… ¡Un saludo, Adal!
GUANGZHOU
Guangzhou (Cantón para los occidentales) ha sido
siempre una ciudad muy importante desde los tiempos de la dinastía Tang (618-907),
también punto de partida de la ruta de la seda y durante el siglo XVI colonia
portuguesa. Aún quedan vestigios de su pasado colonial: tiene un pequeño
barrio que conserva la
arquitectura colonial portuguesa y paseando por ellas, parece que estas en Europa.
Hoy en día este barrio es el reclamo para todos
los novios, puesto que casarse a lo occidental está de moda en China: es lo más
chic y esta zona resulta el decorado perfecto para realizar el reportaje de
fotografía. Así que no parábamos de encontrarnos a novios retratándose por
estas calles.
En resto de Cantón no es bonito ni feo: una
ciudad grande, moderna, cruzada por el río de las Perlas.
Qué guapas las fotos de los novios!!
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