PÍNGYÁO
Tras 10 horas bastante cansinas en un tren nocturno en asientos duros (ya no quedaban camas disponibles) llegamos a la ciudad de Píngyáo. Es la ciudad amurallada antigua mejor conservada del país. Alberga todo el encanto de un pueblecito antiguo, con sus callejones estrechos, tiendas tradicionales, casas familiares con el escudo en la entrada (con el nombre de la familia a la que pertenecía). Conserva gran parte de la arquitectura original de las dinastías Qing y Ming y es una de las pocas ciudades chinas que no han sido destruidas, ni por las numerosas guerras que han acechado al país, ni por el partido comunista, que en sus primeros tiempos se afanó en reformar de manera nada acertada gran parte del legado histórico arquitectónico del país.
Mucho de los tramos de la muralla son originales
y datan de 1370. Está compuesta por
70 torres de vigilancia y en cada una de ellas se puede leer un párrafo
del famoso libro “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu, uno de los libros más
antiguos del mundo (se piensa que fue escrito en el año 500 a.C.)
El hostel donde nos hospedábamos (Harmony
Guesthouse) es un bonito edificio de la dinastía Qing con 300 años de
antigüedad. Tiene una distribución típica de las casas chinas con dos patios
centrales y alrededor de ellos las habitaciones. Nosotros dormimos en la
buhardilla, que supongo que en otros tiempos servía de almacén , pues su
escalera es de madera, pequeñita y bastante empinada y el techo de la misma muy bajo. Dormimos
en una cama típica china, un futón enorme y alzada con palos de madera. Todo esto por 12 euros la noche.
Esta ciudad merece la pena visitarla durante al
menos dos días pues parece que estás en una película. Está muy bien “preparada” para los turistas (como muchas
veces estamos diciendo aquí ) y es que en China todo lugar que se le pueda
sacar un beneficio económico,
termina convirtiéndose en un verdadero parque temático. Pero a esta ciudad no le resta el valor
que tiene en todo los demás sentidos.
Mención especial merece el templo budista
de Shuanglín a 45 minutos en bicicleta (un euro y medio la bici por un día).
Fue una pasada porque cuando lo visitamos éramos las únicas personas. Alberga
en su interior más de un centenar de imágenes talladas en madera muy bien
conservadas y las paredes de los templos están decoradas con frescos que
relatan entre otras cosas escenas cotidianas.
XI’AN
Nuestro único pretexto para ir a esta
ciudad era ir a ver los famosos guerreros de Terracota. Tuvimos mucha suerte
con el hostel en el que nos alojamos: Warriors Hostel. No aparecía en la Lonely y estaba
nuevo, limpísimo y con habitaciones y baño amplios. Situado en una zona muy
tranquila al lado de la muralla. Creo que pagamos unos 15-20 euros por la
habitación. Lo mejor de todo es que conocimos a una pareja (Diana y Héctor)
bastante maja que curiosamente también estaban empezando el viaje de su vida:
un año sabático por Asia y Oceanía. Esperamos volver a tropezarnos con ello en otro de
nuestros múltiples destinos.
Los guerreros de Terracota son un conjunto
de 7000 soldados a tamaño natural, con caballos, que fueron enterrados junto al
primer autoproclamado emperador de China Qin Shi Huang (su nombre significa
primer emperador) de la dinastía Qin.
En el año 221 a.C. derrotó
al último estado Qi, acabando con el sistema político de reinos feudales.
Unificó el país bajo una misma moneda y,
lo más importante, bajo un mismo sistema de escritura. Una de sus
estrategias para defender su mandato fue la construcción de la Gran Muralla
china.
A Qin Shi Huang, este emperador con aires de grandeza que creía en la inmortalidad y la vida
después de la muerte, si no le ha
servido su ejército para defenderse en su otra vida, sí que le ha valido para
ser en cierto modo inmortal, ya que a través de estos guerreros será siempre recordado,
dando buenas muestras de su grandeza y poder.
Desde la estación de autobuses de Xi’an parten frecuentemente minibuses hacía los guerreros. (10 yuanes, euro y medio, el billete).
La entrada es alrededor de 20 euros pero logramos 50% de descuento con nuestros
maravillosos “carnet de estudiantes”
(Colegio de Médicos y máster que hizo Patri en Granada).
Antes de abandonar Xi’an no puede faltar un paseíto por el barrio
musulmán, muy colorido y ambientado lleno de puestos de comida callejeros.
X cierto, Patri, te estas volviendo toda una deportista, eh jodia!!!!!jjjj
ResponderEliminarSe ve muy AUTÉNTICO!
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