Después de nuestra
gran experiencia en Basha volvimos a Congjiang para coger un autobús a Kaili. Este camino anteriormente era casi impracticable, pero desde
que han construido una nueva carretera se tarda sólo unas 5-6 horas. A nosotros el trayecto se nos hizo
bastante cómodo. Kaili es una ciudad de no más de 100000 habitantes sin gran cosa, pero es
punto de partida para explorar los diferentes pueblos de los alrededores.
La región de Gizhou es famosa por los múltiples festivales étnicos que se celebran. Estábamos
muy deseosos de poder asistir a alguno, de manera que buscamos información en www.togizhou.com (web muy recomendable) y
escribimos un email a Billy Zhang (especializado en minorías étnicas de la zona,
togizhou@hotmail.com), pero resultó
que no iba a haber ninguno para las fechas en las que estábamos.
Los más
importantes se celebraron en Julio y Agosto y estábamos a 2 de Septiembre. Fue
un poco chasco, pero bueno. Así que nos relajamos unos días en la ciudad,
compramos billetes de tren para Kunming y nos pusimos a pensar más en nuestro
próximo destino: Laos. Cuando ya habíamos asimilado que tendríamos que dejar el
festival para una próxima ocasión, Billy nos manda un email con el asunto Festivals
urgent que dice lo siguiente:
Hello
Carlos,
This festival is confirmed, it will happen in Wengxiang(翁项) Miao village tomorrow and the day after tomorrow(Sept.4,5), it is happening in the afternoon.
Wengxiang is north to Kaili, about 40 km away.
Best regards,
Billy
This festival is confirmed, it will happen in Wengxiang(翁项) Miao village tomorrow and the day after tomorrow(Sept.4,5), it is happening in the afternoon.
Wengxiang is north to Kaili, about 40 km away.
Best regards,
Billy
Traduciendo, nos dice que iba a haber un
festival en un pueblito miao a sólo 40 km de donde
estábamos. Imaginaos nuestra alegría. Nuestro tren salía por la noche, así que
decidimos ir al pueblito en cuestión. Nuestras expectativas no eran muchas pues
carecíamos de información para poder avivar nuestra imaginación. A día de hoy
no sabemos muy bien en que consistió la fiesta, es decir, que finalidad o sentido tenía lo que vivimos, pero
vamos a intentar explicar lo que pudimos experimentar. Si por ahí hay algún
antropólog@ o viajer@ que esté puesto en festivales de estas características
está invitado a corregir y explicar en qué consiste realmente y a juzgar si no vamos
muy desencaminados.
Fue el día más divertido, loco y extravagante de
todo nuestro viaje a China. Nunca me había comunicado tanto sin decir nada. Me
hermané con las mujeres que me permitieron formar parte de su fiesta e
integrarme dentro de sus desfiles, bailar, cantar, reír, beber… La manera que teníamos para demostrar
que tanto ellas como yo estábamos gozando de ese día fue a través de gestos
cariñosos universales: abrazos y besos. Besos fuertes, besos gordos, sonoros, de abuela.
La fiesta consistía en lo siguiente: muchísimos
clanes diferentes se reunían cada uno con sus trajes típicos, a cuales más
bonitos y coloridos. Cuando
estaban todos los clanes juntos se colocaban de forma ordenada en filas de dos
y recorrían un tramo del pueblo bailando al son de la música. Cuando se llegaba
a ciertos tramos daban vino de arroz para aliviar la sed y, sobre todo, desinhibir
el espíritu.
Nosotros estábamos flipándolo. Éramos los únicos
guiris y estábamos en una fiesta étnica en la que creo que pocas veces vamos a
poder estar, por su magnitud y por los acogidos y partícipes que nos hicieron
sentir.
Había aproximadamente 12 clanes diferentes. El
primero de la fila llevaba un cartel identificando el nombre del clan. Después
iban los hombres, escasos, muy escasos en estos eventos, unos 5 o 6 por clan. Ellos
se encargaban de tocar los instrumentos: la flauta autóctona, un bombo gigante
porteado por dos de ellos, trompeta, etc. Después le seguían las mujeres,
formando grupos de 15 a 25. Ellas, además de tocar instrumentos, bailaban al
son de la música, que era distinta en cada clan.
Esto, de forma resumida, es lo que llegamos a entender del rito a
modo descriptivo. De forma vivencial fue una fiesta en toda regla en donde la
premisa, como en todas las fiestas, fue gozar y compartir la alegría y el júbilo.
Después de esta
maravillosa experiencia que nos regaló el calendario, pues ya estábamos fuera
de fechas, nos fuimos exhaustos y
cargados de emociones en un microbús de regreso a la ciudad, muy contentos de
conocer una vez más las bondades, riquezas y curiosidades de esta cultura.
Gracias públicas a nuestra amiga Chío! Sin ella este blog iría lentíiiiiiiisimo!! Cada dos por tres le colapsamos el email con nuestras fotos y textos que ella se encarga de colgar... Así que MUCHIIIIIIISIMAS GRACÍAS!!!!! Mil besos! Ganas de que pronto salgas también en las fotos, jeje... Muaaak
ResponderEliminarGracias a vosotros por regalarnos vuestra colección!!!! mmmmuas!!!! os quiero!!
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