Decidimos pasar las Navidades en
Arambol, pueblo costero que pertenece a la región de Goa. Queríamos pasar unas
navidades en bikini y con los pies enterados en la fina arena de la playa. Y
este fue el lugar elegido donde nos quedamos casi un mes. Yo me sentía en mi
salsa, hay un ambiente muy hippy, turístico pero totalmente llevable, y con
gente de nuestra edad. Había fiesta, pero si la buscabas, y también mucho
ambiente familiar. La playa es extensa y muy ancha. Conseguimos una habitación
muy económica retirada del pueblo, hacia el norte, en un barrio detrás de la
playa en el que también convivíamos con locales.
Goa fue colonia portuguesa y mucha
de su gente hoy en día es cristiana, pues la colonia ejerció presión y evangelizó
a mucha gente durante su invasión. Una de sus múltiples consecuencias es que en
Goa se vive con más libertinaje que en
el resto de la India. Por ejemplo, el
alcohol tiene una tasa de impuestos muy baja. En esta región se ha desarrollado
sobre todo un turismo muy occidental y no te encuentras a casi ningún turista
indio, exceptuando los fines de semana.
Una de las cosas que más disfrutamos
y que añoramos y recordamos salivando, es el momento esperado del día, cuando
el sol comenzaba a meterse en el mar para bañarse, y dábamos nuestro paseo por
la orilla de la playa cogidos de la mano con la brisa tocándonos y preparando
paladares para llegar hasta la zona de los restaurantes de la playa, que ponen
mesita en la arena, con velita, muy romántico.
Pero lo mejor era el festín de
marisco que nos metíamos. El marisco se presentaba en una mesa y tú escogías lo que querías cenar regateando
el precio. Al final cenábamos por unos 10-15
euros los dos, y que las fotos hablen por sí solas…
Luego, con la compañía de la luna
recién lavada, regresábamos a casa pensando cual de todas las estrellas que
contemplábamos era la nuestra, nuestra estrella de la buena suerte.
Durante el día disfrutábamos de la
playa, la lectura y nos alimentábamos de alegría y placidez haciendo hueco para
el festín nocturno.
La Nochebuena la pasamos tranquilos
y nos fuimos a dormir pronto. La Nochevieja la pasamos en un chiringuito de la
playa con unos amigos mexicanos muy locos, Erik
y Marta.
A las 12 de la noche, el cielo se llenó de colores y nosotros empezamos a
bailar en la playa al son del sonido de los fuegos artificiales y de algunos
timbales lejanos. Nos abrazamos, nos besamos y nos sentimos infinitamente felices de empezar un
nuevo año en otro país, viajando, que es nuestra gran pasión, y compartida se
hace inabarcable para el corazón.
Que fin del 2012 mas chulo!!! animo a seguir viviendo y compartiendo!!! besos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Teresa!!! Te has convertido en la fan número 1 de nuestro blog!!
EliminarUn besazo de los 2...
Que buena vibra!! Les mando un gran abrazo y ojala nos topemos por ahí sin querer en el mundo para comenzar otro año nuevo!!
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